Reforma Fiscal del Gobierno de Mauricio Funes
Por José Manuel Ortiz Benítez
Después de la aprobación del presupuesto fiscal El Salvador 2010, sin apenas tregua y con la asesoría especial del contramaestre económico en Casa Presidencial, Alex Segovia, el equipo del Ministro de Hacienda, Carlos Cáceres, se ha puesto manos a la obra para empujar el siguiente gran asunto pendiente en materia económica: la nueva reforma fiscal.
La reforma fiscal busca arañar unos $250 millones adicionales de nuestra mísera economía, en teoría, para impulsar nuevos programas de gobierno, en beneficio de aquellos que tienen la desgracia de ser socios activos en la población económica y socialmente más atrasada y olvidada de nuestra pequeña nación: los 2.5 millones de salvadoreños, sobre todo, mujeres y niños, que sobreviven como pueden con menos de 4 dólares al día.
“Si no logramos este objetivo, entraremos en serios problemas” dijo a una cadena de noticias alemana el Sr. Segovia. Se refería naturalmente a conseguir los $250 millones adicionales necesarios para el presupuesto fiscal 2010. El Sr. Alex Segovia, con el título de Oxford colgando de la pared de su oficina, sabe perfectamente que un gobierno no puede vivir continuamente de préstamos bancarios.
Las reformas fiscales ya se han hecho públicas y su debate se traslada esta semana o la próxima a la Asamblea Legislativa. Pero, ahí no habrá mucha profundización. De hecho, es posible que ahí no haya ningún aporte sustancial.
El debate anda perdido por otros lares, en las sedes de los partidos políticos, los medios de comunicación y entre los sabios de la Fundación Salvadoreña para El Desarrollo (FUSADES), la Asociación Nacional de la Empresa Privada (ANEP) y la Cámara de Comercio.
Digo “perdido” porque el debate se ha enroscado por el lado que no conduce a ninguna parte; es decir, se está debatiendo sobre si ahora es el buen momento o no para emprender una reforma fiscal.
Ahora estamos en la crisis, mañana estaremos saliendo de la crisis y, más adelante, estaremos fuera de la crisis y en cualquiera de esos tiempos nunca será un buen momento para levantar nuevos impuestos, aunque el país los necesite con el más profundo dolor y sufrimiento.
Si estuviéramos en crecimiento, me apuesto una cena en el Waldorf Astoria que los mismos que dicen hoy “no a la reforma por la presente crisis”, entonces dirían “no porque eso pondría en peligro nuestro crecimiento”.
La historia nos revela que nunca fue un buen momento para afrontar ninguna reforma fiscal, menos aun en momentos de crisis. Sin embargo, conviene recordar que la mayor reforma económico-fiscal en la historia de la humanidad la hizo un tipo enfermo de poliomielitis que iba en una silla de ruedas y la hizo nada menos y nada más que dentro de la peor crisis económica que haya visto el planeta tierra, después de la extinción de los dinosaurios.
La reforma se llamó The New Deal y su creador Franklin Delano Roosevelt. De repente las empresas se vieron obligadas a pagar nuevos impuestos. El impuesto más grande jamás pagado por grupos empresariales de aquella época se le bautizó con el nombre de Social Security Act (Ley de Impuesto de la Seguridad Social).
La ley revolucionó al mundo y ahora no existe ningún país sobre la faz de la tierra, socialista, capitalista o mixto, que se preste de ser moderno, sin un sistema nacional de cotización a la Seguridad Social.
En cualquier caso, hay que decir que la reforma fiscal que plantea el gobierno de Mauricio Funes no es una revolución, sino una versión muy light, casi minimalista, de reforma fiscal.
La reforma se centra principalmente en dos zonas o actividades económicas: 1) Impuesto a bebidas alcohólicas y tabacos; 2) Impuestos a los intereses devengados de depósitos bancarios mayores de $5,000.
En la primera actividad, las bebidas alcohólicas y tabacos, los impuestos se normalizan con una tasa impositiva en torno al 10%. Es decir aquellas bebidas alcohólicas que antes tenían un impuesto del 7% o 8% se redondean al 10% y el tabaco pasa de tener un impuesto del 39% al 50%.
En la segunda actividad, depósitos bancarios, todos aquellos ahorradores que tengan más de $5,000 en el banco, pagarán un impuesto del 10% sobre los intereses devengados. Es decir, si usted tiene $6,000 y eso le produce una ganancia de $100 de intereses durante un año, usted tendría que pagar $10 de impuesto por los intereses generados con sus ahorros.
El resto de la reforma son flecos y baches menores, que por supuesto deben actualizarse a la nueva realidad.
La reforma podría abarcar mucho más, pero no lo hace porque no pretende ser radical, sino progresiva y temperada. Por ejemplo, las tres áreas de mayor impacto en la recaudación total del estado: el IVA (52% del total), el impuesto sobre sueldos y salarios (17% del total) y el impuesto del beneficio de las empresas (7% del total), todas se quedan como están: sin cambios o sin grandes modificaciones.
Lo que intento decir es que, contrario a lo que apuntan muchos analistas, el aumento de impuesto en la reforma fiscal del gobierno de Funes no afecta de manera frontal a los fundamentos de nuestra economía, que, en realidad, son únicamente tres: 1) Las remesas; 2) La factura energética (gas, electricidad y combustible); 3) y el consumo (calzado, ropa, arroz, frijoles, leche, huevos, etc.).
Luego no es del todo cierto que la reforma fiscal vaya a tener un impacto demoledor en el sector productivo y en los precios de los sectores relevantes de nuestra economía como algunos economistas se atreven a afirmar con gran rotundidad como si la economía fuera una ciencia exacta. De hecho, es tan inexacta como la astrología. Otra cosa es que el sector productivo salvadoreño ande apoyándose en ciencias astrológicas para anunciar que van a aumentar los precios sin ninguna justificación más allá del eco y el son que emite la frase “reforma fiscal”. No creo que sea una táctica deliberada del poder productivo, pero suele ocurrir en todos los países del mundo que afrontan reformas fiscales.
El Sr. Cáceres pudo incluso haber cambiado el nombre por “retoque fiscal” y no lo digo de manera irónica. Desde el punto de vista estrictamente tributario, la reforma fiscal de Funes es moderadamente ligera con el contribuyente final. Es más, tengo mis dudas que los nuevos impuestos anunciados vayan a conseguir una recaudación adicional igual o mayor al 1% del PIB, como se anuncia sobre el papel, al menos que el crecimiento en el 2010 esté por encima de 3%.
En todo caso, el verdadero desafío de la reforma fiscal no está únicamente en convocar un gran diálogo nacional entre las partes para trastocar el código tributario, sino, por un lado, en la capacidad del gobierno de proyectar claridad, estabilidad y eficacia tributaria, demostrando implacable rigor al cumplimiento de la ley y la lucha frontal contra la evasión y corrupción fiscal que, por supuesto, incluye a instancias internas del propio gobierno; y, por otro lodo, en el esfuerzo pendiente de convertir en zonas transparentes y tributables los grandes espacios negros bajo los cuales opera buena parte de nuestra frágil y mísera economía salvadoreña.
Otros artículos de esta autor AQUÍ - José Manuel Ortiz Benítez es miembro de Salvadoreños en el Mundo
Después de la aprobación del presupuesto fiscal El Salvador 2010, sin apenas tregua y con la asesoría especial del contramaestre económico en Casa Presidencial, Alex Segovia, el equipo del Ministro de Hacienda, Carlos Cáceres, se ha puesto manos a la obra para empujar el siguiente gran asunto pendiente en materia económica: la nueva reforma fiscal.
La reforma fiscal busca arañar unos $250 millones adicionales de nuestra mísera economía, en teoría, para impulsar nuevos programas de gobierno, en beneficio de aquellos que tienen la desgracia de ser socios activos en la población económica y socialmente más atrasada y olvidada de nuestra pequeña nación: los 2.5 millones de salvadoreños, sobre todo, mujeres y niños, que sobreviven como pueden con menos de 4 dólares al día.
“Si no logramos este objetivo, entraremos en serios problemas” dijo a una cadena de noticias alemana el Sr. Segovia. Se refería naturalmente a conseguir los $250 millones adicionales necesarios para el presupuesto fiscal 2010. El Sr. Alex Segovia, con el título de Oxford colgando de la pared de su oficina, sabe perfectamente que un gobierno no puede vivir continuamente de préstamos bancarios.
Las reformas fiscales ya se han hecho públicas y su debate se traslada esta semana o la próxima a la Asamblea Legislativa. Pero, ahí no habrá mucha profundización. De hecho, es posible que ahí no haya ningún aporte sustancial.
El debate anda perdido por otros lares, en las sedes de los partidos políticos, los medios de comunicación y entre los sabios de la Fundación Salvadoreña para El Desarrollo (FUSADES), la Asociación Nacional de la Empresa Privada (ANEP) y la Cámara de Comercio.
Digo “perdido” porque el debate se ha enroscado por el lado que no conduce a ninguna parte; es decir, se está debatiendo sobre si ahora es el buen momento o no para emprender una reforma fiscal.
Ahora estamos en la crisis, mañana estaremos saliendo de la crisis y, más adelante, estaremos fuera de la crisis y en cualquiera de esos tiempos nunca será un buen momento para levantar nuevos impuestos, aunque el país los necesite con el más profundo dolor y sufrimiento.
Si estuviéramos en crecimiento, me apuesto una cena en el Waldorf Astoria que los mismos que dicen hoy “no a la reforma por la presente crisis”, entonces dirían “no porque eso pondría en peligro nuestro crecimiento”.
La historia nos revela que nunca fue un buen momento para afrontar ninguna reforma fiscal, menos aun en momentos de crisis. Sin embargo, conviene recordar que la mayor reforma económico-fiscal en la historia de la humanidad la hizo un tipo enfermo de poliomielitis que iba en una silla de ruedas y la hizo nada menos y nada más que dentro de la peor crisis económica que haya visto el planeta tierra, después de la extinción de los dinosaurios.
La reforma se llamó The New Deal y su creador Franklin Delano Roosevelt. De repente las empresas se vieron obligadas a pagar nuevos impuestos. El impuesto más grande jamás pagado por grupos empresariales de aquella época se le bautizó con el nombre de Social Security Act (Ley de Impuesto de la Seguridad Social).
La ley revolucionó al mundo y ahora no existe ningún país sobre la faz de la tierra, socialista, capitalista o mixto, que se preste de ser moderno, sin un sistema nacional de cotización a la Seguridad Social.
En cualquier caso, hay que decir que la reforma fiscal que plantea el gobierno de Mauricio Funes no es una revolución, sino una versión muy light, casi minimalista, de reforma fiscal.
La reforma se centra principalmente en dos zonas o actividades económicas: 1) Impuesto a bebidas alcohólicas y tabacos; 2) Impuestos a los intereses devengados de depósitos bancarios mayores de $5,000.
En la primera actividad, las bebidas alcohólicas y tabacos, los impuestos se normalizan con una tasa impositiva en torno al 10%. Es decir aquellas bebidas alcohólicas que antes tenían un impuesto del 7% o 8% se redondean al 10% y el tabaco pasa de tener un impuesto del 39% al 50%.
En la segunda actividad, depósitos bancarios, todos aquellos ahorradores que tengan más de $5,000 en el banco, pagarán un impuesto del 10% sobre los intereses devengados. Es decir, si usted tiene $6,000 y eso le produce una ganancia de $100 de intereses durante un año, usted tendría que pagar $10 de impuesto por los intereses generados con sus ahorros.
El resto de la reforma son flecos y baches menores, que por supuesto deben actualizarse a la nueva realidad.
La reforma podría abarcar mucho más, pero no lo hace porque no pretende ser radical, sino progresiva y temperada. Por ejemplo, las tres áreas de mayor impacto en la recaudación total del estado: el IVA (52% del total), el impuesto sobre sueldos y salarios (17% del total) y el impuesto del beneficio de las empresas (7% del total), todas se quedan como están: sin cambios o sin grandes modificaciones.
Lo que intento decir es que, contrario a lo que apuntan muchos analistas, el aumento de impuesto en la reforma fiscal del gobierno de Funes no afecta de manera frontal a los fundamentos de nuestra economía, que, en realidad, son únicamente tres: 1) Las remesas; 2) La factura energética (gas, electricidad y combustible); 3) y el consumo (calzado, ropa, arroz, frijoles, leche, huevos, etc.).
Luego no es del todo cierto que la reforma fiscal vaya a tener un impacto demoledor en el sector productivo y en los precios de los sectores relevantes de nuestra economía como algunos economistas se atreven a afirmar con gran rotundidad como si la economía fuera una ciencia exacta. De hecho, es tan inexacta como la astrología. Otra cosa es que el sector productivo salvadoreño ande apoyándose en ciencias astrológicas para anunciar que van a aumentar los precios sin ninguna justificación más allá del eco y el son que emite la frase “reforma fiscal”. No creo que sea una táctica deliberada del poder productivo, pero suele ocurrir en todos los países del mundo que afrontan reformas fiscales.
El Sr. Cáceres pudo incluso haber cambiado el nombre por “retoque fiscal” y no lo digo de manera irónica. Desde el punto de vista estrictamente tributario, la reforma fiscal de Funes es moderadamente ligera con el contribuyente final. Es más, tengo mis dudas que los nuevos impuestos anunciados vayan a conseguir una recaudación adicional igual o mayor al 1% del PIB, como se anuncia sobre el papel, al menos que el crecimiento en el 2010 esté por encima de 3%.
En todo caso, el verdadero desafío de la reforma fiscal no está únicamente en convocar un gran diálogo nacional entre las partes para trastocar el código tributario, sino, por un lado, en la capacidad del gobierno de proyectar claridad, estabilidad y eficacia tributaria, demostrando implacable rigor al cumplimiento de la ley y la lucha frontal contra la evasión y corrupción fiscal que, por supuesto, incluye a instancias internas del propio gobierno; y, por otro lodo, en el esfuerzo pendiente de convertir en zonas transparentes y tributables los grandes espacios negros bajo los cuales opera buena parte de nuestra frágil y mísera economía salvadoreña.
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Ortiz,
ReplyDeleteSe ha leido a caso usted toda la la reforma de la ley???
Un gobierno tiene que ser dialogante, pero si los invitados al dialogo lo que quieren es mandar, entonces el gobierno esta en la obligación de hacer aquello que considere oportuno, por eso ha sido elegido por el pueblo.
ReplyDeleteVotante independiente
Benitez,
ReplyDeleteconviene recordar que la mayor reforma económico-fiscal en la historia de la humanidad la hizo un tipo enfermo de poliomielitis que iba en una silla de ruedas y la hizo dentro de la peor crisis socio-económica que haya visto el planeta tierra, después de la extinción de los dinosaurios.
Muy convincente de su parte, pero EL SAlvador no es EE.UU
"Hay que ser prudentes en este tipo de reformas que tienen alta sensibilidad con respecto a afectar la inversión, en eso sí creemos que hay que poner mucho ojo y escuchar al sector privado",
ReplyDeleteRoberto Rubio
"convertir en zonas transparentes y tributables los grandes espacios negros bajo los cuales opera buena parte de nuestra frágil y mísera economía salvadoreña"
ReplyDeleteBuen analisis Ortiz, los impuestos solo vienen del gran san salvador, santa tecla, nueco cuscatlan, y un poco de SAnta Ana Y SAn Miguel, el resto de territorio opera bajo la economia sumergida.
Ortiz
ReplyDeleteY las gaseosas, esas tambien llevaran un nuevo impuesto, lea bien la propuesta amigo antes de arremeter contra los que producen para que señores como usted puedan comer y opinar.
AMIGO DE LA ANEP
No hay duda que el columnista no tiene ni idea de lo que es una politica fiscal promotora de la inversión, del ahorro y del empleo, baluartes de una economia sana y lo que son medidas recaudatorias para cubrir los "hoyos" en el presupuesto operativo de un país.
ReplyDeleteVolver a invocar a Keynes, me parece una perogullada, es inaudito.
Castigar el ahorro es una medida estupida. El ahorro es el privilegio de los ciudadanos concientes. Castigar los "vicios" solo conducirá al mercado negro, asi ha pasado en todos los paises en que estas medidas se han impuesto. Pobres ilusos.
Lo que se debe tasar impositivamente es el consumo, como en todas las naciones inteligentes. Porque es mas justo. Mas paga, el que mas gasta. Con una base que protege a los que no tienen por ingresos bajos, por consumos mínimos.
Pero como eso es impopular, los politicos y el genio de Oxford le temen, se fueron por las ramas, con una reforma con parches tontos e inutiles.
Por mas que algunos se desgarren la vestidura, (falsarios ignorantes), ¡como añoro los Reaganomycs!.
G. ORWELL.
UN 10% de las ganancias del capital superior al $5,000 no es el fin del mundo.
ReplyDeleteEl 35% de todos los niños en las zonas rurales de El Salvador se esta muriendo de hambre.
COM SE VE QUE SALTAN TODOS LOS LACAYOS DE LA DERECHA.LA VERDAD ESTA MEDIA REFORMA FISCAL ES TIBIA, NO TOCA LOS INTERES DEL GRAN CAPITAL. EN MUCHOS PAÍSES EUROPEOS, PAGAN ALTOS IMPUESTO AL COMPRAR CARROS DE LUJOS, Y LO HACEN CADA ANO QUE TIENEN QUE MATRICULAR....ENTOCES POR QUE LLORAN TANTO LOS SRES OLIGARCAS DE EL SALVADOR????SERA QUE ESTAN ACOSTUMBRADOS A VER ESTE LINDO PAIS COMO SU HACIENDA:
ReplyDeleteLo que a vista fresca aflora es el mundo de TACAÑOS QUE NO QUIERN SOLTAR NADA !
ReplyDeleteANEP, CAMARA DE COMERCIO DE EL SALVADOR, Y LA ASI; MANTIENEN LA MISMA POSICION DE "GREEDY REAGONOMICS" LA CUAL CONSISTE EN NO CEDER NADA, A NADIE, NI AL MISMO ESTADO PORQUE ES AGRANDAR LAS FUNCIONES DEL ESTADO EN DETRIMIENTO DE LA LIBRE EMPRESA.
FALACIA ! EN BUEBN SALVADOREÑOS...
PAJA PURA !
LOS QUE NO PAGARON IMPUESTO AL ESTADO AL VENDER LOS BANCOS QUE IMPUESTO PAGARON? QUE BENEFICIO RECIBIO EL ESTADO? NINGUNO.
PORQUE SE QUEJAN ESTOS TACAÑOS EMPRESARIOS QUE PARA ELLOS NUNCA ES EL MEJOR TIEMPO DE IMPLEMENTACION DE LEYES TRIBUTARIAS!
PORQUE NO QUIEREN DESPRENDERSE DE NADA ! NI EL 1% YA NO DIGAMOS UN 10%.
ES CURIOSO, MI OBSERVACION CONTINUA LA MISMA:
LOS EMPRESARIOS QUE SE FUERON A ESTUDIAR AL EXTRANJERO Y REGRESARON AL PAIS CON SENDOS TITULOS COMO UN Ph D en ECONOMICS;con un MA en Bussines Adminstration o cualquier titulo de Administracion de Empresa, fueron a aquellos paises y estudiaron vario tiempo en USA SIN PAGAR NI UN SOLO CENTAVO AL FISCO !
Y esa actitud desean reflejar en sus actitudes los sacrosantos y santisimos miembors de la empresa privada Salvadoreña, su rezo ya lo conocemos muy bien:
NO PAGES IMPUESTOS Y SERAS UN GRAN EMPRESARIO EMPRENDOR !
Que doble moral mas recia elocuente de evasion y elusion fiscal. A lo mejor continuan con la campaña pásada de arena: el salvador impresionanate, no pagando impuestos !
QUE PENA CUANDO ESTOS EMPRESARIOS LLEGAN A USA Y CUANDO NI SIQUIERA ESTAN FAMILIARIZADOS CON EL SISTEMA FISCAL ESTADOUNIDENSE PORQUE NO LES CONVIENE NI MUCHO MENOS NO ES DE HABITO COMERCIAL EL PAGAR TRIBUTOS.
SEÑORES: SU CODIACIA LOS ALCANZARA COMO COLA PATEADA QUE NO IRAN LEJOS ELUDIENDO SU RESPONSABILIDA FISCAL!
Jose Matatias Delgado Y Del Hambre.
De donde sale este Matatias?
ReplyDeleteNo hay duda que este personaje le redactaba los guiones a Cantinflas.
No dice nada congruente.
Todas las economias modernas han diseñado politicas fiscales promotoras, no recaudadoras. Esto no tiene nada que ver con la sarta de tonterias que este tipo elucubra.
La reforma de El Salvador está equivocada, porque sus principios son bobos y estériles. ¡Que tiene que ver eso con los que estudiaron en los EEUU?. Que tonteria.
Toda politica fiscal debe de promover la inversión, debe de fomentar el ahorro y debe privilegiar el empleo. Estas virtudes no estan en la reforma salvadoreña. ¡Al contrario!.
Como es posible que se castigue el ahorro???? Eso es lo que hace a las naciones fuertes.
Porqué se penaliza la productividad??? Es una incongruencia.
Como aplicar politicas que en todas partes han fracasado?? Nunca la experiencia ajena puede ser ejemplo.
El pagar impuestos es una responsabilidad general, no solo de empresarios, es de todo aquel que está involucrado en la economia formal. En El Salvador deberian votar SOLO los que pagan impuestos. Es derecho de los que aportan elegir a sus funcionarios. Asi millones de parasitos que no producen y que exigen sin pagar nada, no tendrian los derechos que hoy ostentan, sin pagar su costo.
G Orwell
G Orwell se pregunta, como tonto en la colina, de donde salio Matatias?
ReplyDeletePues yo sali de El Salvador para lograr educacion, trabajo y pagar mis impuestos en USA como en El Salvador y sali debido a que desfile de partidos politicos de oligarcas que gobernaron nuestro pais y la oportunidad solo fue para los elegidos del sistema y no para TODOS LOS SALVADOREÑOS.
Habla de incongruencias, habrase visto semejante congruencia que nos invita este fulano: que la politica fiscal debe promever la inversion????
Owell NO ENTIENDE TODAVIA QUE EL NO ESTA SOBRE LA LEY FISCAL Y QUE NADIE BURLARA AL FISCO, QUE NO DEBE DE DARNOS PEREQUE BARATO Y OBEDECE SUS LINEAMIENTOS YA CARENTES DE VALIDEZ ACTUAL EN EL MUNDO.
DE DONDE SACA ESE CONCEPTO ?
DE HARVARD?
DE OXFORD?
O DE LA BANDA LOS PERRONES DEL ORIENTE DEL PAIS?
VEA ORWELL, NO SE MASIFIQUE CON DEFINICIONES FUERA DE LUGAR Y LEJOS DE LA REALIDAD DE RESPONSABILIDAD FISCAL, ES SIMPLE, SIN DUDA ALGUNA USTED ES UNO DE ESOS QUE LE ESTA PIDIENDO MILAGROS A LA ADMINISTRACION FUNES DEL FMLN QUE EN 6 MESES HAGA MILAGROS, MILAGROS QUE NO PUDO REDIMIR LOS ARENISTAS EN MAS DE 20 AÑOS Y NO QUIERE PAGAR IMPUESTOS?.
SU CODICIA NO LLEGA LEJOS PORQUE TENDRA QUE PAGAR IMPUESTOS.
OJALA SUPIERAMOS QUE USTED SI LOS PAGA PORQUE GRANDES Y PEQUEÑOS TENEMOS LA OBLIGATORIEDAD DE HACERLO; PERO SUS ARGUMENTOS TAN LEJANOS Y DEFASADOS EN CONTRA DE LA NUEVA LEY FISCAL AFLORA SU CODICIA Y LLEGA LEJOS DE CONVENSERNOS.
HAAaaa PARECE QUE NO LE GUSTO LO DEL ESTUDIANTITOS AL EXTERIOR, SIN DUDA ALGUNA USTED ES UNO DE ELLOS. PERO DIGAME, USTED CONOCE LA FORMA 1040 DE U.S. INTERNAL REVENUE SERVICE? PAGO SUS IMPUESTOS EN USA?
A POCO PAGO IMPUESTOS?
ACA MUCHOS CONOCEMOS ESA DECLARACION, PUES PAGAMOS TRIBUTO Y QUE USTED GRATUITAMENTE NOS ENDULZA EL OIDO DE LA LIBRE EMPRESA ESTADOUNIDENSE SIN USTED PAGAR NI UN CINCO. QUE IRONIA, VERDAD?
SI NO CONFIESE QUE TAMBIEN USTED HA PODIDO PASARSE COMO UN "PARASITO QUE NO PRODUCE Y QUE EXIGE SIN PAGAR NADA Y QUE NO TIENE NINGUN DERECHO SINO PAGA SU COSTO"; ESTAS, SON SUS PROPIAS PALABRAS.
CAPICH?
Jose Matatias Delgado Y Del Hambre.
Las reformas fiscales buscan descubrir más secretos de empresas
ReplyDeleteDaniel Choto
Jueves, 26 de Noviembre de 2009
Más que alcanzar la meta de recaudación de $250 millones adicionales cada año a partir de 2010, las reformas tributarias que impulsa el Gobierno buscan cerrar los espacios legales para que las empresas no puedan evadir el pago de sus impuestos.
Además pretenden obtener la mayor cantidad posible de información sobre la composición del patrimonio de las empresas, para aplicar posteriores paquetes fiscales y recaudar los ingresos necesarios para equilibrar las maltrechas finanzas públicas.
Tales preocupaciones afloran durante los análisis de las reformas fiscales hechos por algunos centros de pensamiento y compañías consultoras.
En una jornada con representantes de empresas, la firma consultora Deloitte analizó algunas de las modificaciones tributarias que pueden afectar negativamente las operaciones.
Enfatizaron en no falsear las declaraciones de impuestos, para no dar lugar a mayores fiscalizaciones de parte del Ministerio de Hacienda, y evitar así la formación de procesos judiciales en contra de los contribuyentes.
Hizo hincapié en el Código Penal, artículos 249, 249-A, 250, 250-A, 251, 251-A, 252 y 285, relacionados a la defraudación al Fisco y otros delitos fiscales como la evasión, apropiación indebida de retenciones o percepciones tributarias, reintegros, devoluciones, compensaciones o acreditamientos indebidos y falsedad documental agravada.
Para el director de impuestos de la compañía, Eduardo Amaya, "se está ampliando el control tributario, y eso es positivo para que lleguen los recursos a las arcas del Estado".
Sin embargo, señala que hay algunos impuestos específicos que son los que efectivamente van a hacer que el flujo de ingresos llegue al gobierno, pero que golpearán algunos sectores de la economía.
"Si bien es cierto que el Código Tributario lo que está haciendo es cerrando vacíos de elusión y evasión fiscal, son las leyes de impuestos específicos las que harán que los ingresos lleguen a las arcas del Estado", enfatizó.
El analista, sin embargo, dijo que es bueno que el gobierno trate de controlar los ingresos de los médicos y otros profesionales independientes, que si bien algunos son correctos en la declaración de sus impuestos, muchos pagan lo que quieren y no lo que deben.
Por su parte, la Fundación Nacional para el Desarrollo (Funde) sostiene que la reforma tributaria podría implementarse en dos tramos. El primero antes de fin de año y el segundo y más fuerte en el marco de la definición de los gastos prioritarios del gobierno.
Iornico, para aumentar el precio a los productos no vacilan y ni hacen estudios de beneficio para la poblacion que es el real mercado.
ReplyDeletePero, si se trata de aceptar aumentos a los impuestos aunque invitados por el Estado a dialogar, le ponen trabas para que al final NO SE LOGRE EL OBJETIVO DE RECAUDACION DE FONDOS AL ESTADO.
Esta es la dura realidad en el pais de un grupito de individuos tacaños maevolos que estuvieron vegetando dinero del Estado Salvadoreño y el mismo Estado se hizo del ojo pacho para no cobrar impuestos a los "grandes" empresarios y asi como magia, SE CREO ARENA !
Jose Matatias Delgado Y Del Hambre.