Los olvidados del Movimiento Amigos de Mauricio Funes

Los olvidados

Por José Manuel Ortiz Benítez

“El honor, la justicia, la verdad, la razón y el cambio aquí valen riata. Por el contrario, la pobreza, la prostitución, la contaminación, la impunidad, la corrupción, los homicidios, la penosa continuidad de la realidad son el pan de cada día” dice asqueado mi estimable tocayo don Manuel, cuando habla de la actualidad política salvadoreña.

Don Manuel dice ser un salvadoreño más caído (últimamente) en el bache de la frustración, que afecta a cerca de 5 millones de salvadoreños.

A principios de año, don Manuel era optimista sobre el porvenir y por eso no dudó en poner todo su esfuerzo en la lucha campal a favor del FMLN y su candidato presidencial, Mauricio Funes.

Durante la campaña electoral, don Manuel, al mando de su pickup rojo, Nissan 1986, modelo 720, fue siempre uno de los primeros en las largas caravanas que se organizaron en todo el país bajo aquel lema “Nace la esperanza, Viene el Cambio”.

Don Manuel fue pieza importante en la organización del Movimiento Amigos de Mauricio a nivel provincial. Pero reconoce que nunca llegó a formar parte del círculo de amigos íntimos del ahora presidente Mauricio Funes.

“Tenía fe, creí en el cambio y puse todo mi esfuerzo, toda mi energía, todo mi corazón para ayudar a lograr la victoria” dice ahora, con más pena que gloria, don Manuel

“Yo pensaba que la participación de ciudadanos corrientes como yo podía hacer la diferencia en política” continúa don Manuel con una voz que se le vuelve temblorosa y entrecortada.

“Los miles de amigos del Movimiento de Mauricio Funes que venimos de orígenes más humildes no hemos sido tomados en cuenta. Ni una sola visita nos ha regalado nuestro presidente para compensar nuestro esfuerzo y sacrificio” protesta don Manuel con el hígado adolorido.

Antes a Mauricio Funes no se le podía hacer una crítica mínima, porque don Manuel no lo permitía. Ahora parece que a don Manuel se le hace un nudo en la mirada cuando habla del Presidente Mauricio Funes.

Mi estimable tocayo sostiene que las casas del Movimiento en las cabeceras departamentales están desmoronándose, “ya nadie va ahí, se han olvidado de nosotros” dice entristecido como un paño mojado.

Don Manuel, al igual que miles de amigos anónimos de Mauricio Funes, mejor dicho, de simpatizantes del Movimiento Amigos de Mauricio Funes, se siente ignorado; cree que ha sido utilizado sólo para el rato de la campaña electoral, que, a la hora de la verdad, otros han sido los galardonados.

Don Manuel me ha enviado una carta de 16 páginas para hacer público lo que él llama el “descontento generalizado” entre los miembros del Movimiento Amigos de Mauricio Funes.

En lugar de publicarla –tal vez lo haga más adelante por capítulos– yo lo que he hecho es llamarle y he constatado que mi tocayo don Manuel ha entrado en una ligera crisis depresiva.

El hombre está profundamente decepcionado.

“Mi hijo murió peleando con un rifle en las montañas de Morazán por el dichoso cambio. Qué le voy a decir este primero de noviembre cuando vaya a visitarlo en su tumba; que nos han dado la espalda otra vez, no la oligarquía, contra la que él dio su vida, sino uno de los nuestros, nuestro amigo principal en el movimiento, el Sr. Mauricio Funes Cartagena” estalla, sin aparente consuelo, finalmente mi estimable tocayo don Manuel, mientras en el fondo del campo acústico una botella de cristal parece estrellarse contra el suelo.

Otros artículos de este autor AQUÍ - José Manuel Ortiz Benítez es miembro de Salvadoreños en el Mundo

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