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Michael Jackson, un proyecto musical que duró 50 años

Por José Manuel Ortiz Benítez*

En la frontera de la medianoche del jueves a viernes de un mes de junio de aquel año nefasto que todos recordaremos, finalmente Michael Jackson perdería el pulso, caería al suelo, bajo su cama, contemplando los últimos rayos de luz que irradiaba la lámpara blanca de su habitación. Al lado, están sus tres hijos, Prince Michael, Paris Catherine, Prince Michael II.

Antes del amanecer, “Su Majestad, El Rey del Pop, ha muerto” se lee en todas las portadas del mundo. Pocas veces los medios planetarios se ponen de acuerdo en sacar un mismo titular en sus portadas. Entre los muertos, el último en conseguirlo había sido John F. Kennedy.

Pocas semanas antes de que se le parara el corazón en aquella mansión impersonal de 125,000 dólares mensuales, Michael Jackson cabalgaba solo, como un llanero solitario, por un callejón “depresivo” y “letárgico”, que conducía al artista, al padre, al hombre directamente a la locura.

Había dejado de dar conciertos desde 1997. Era lo que más le gustaba hacer y lo hacía con una contundencia coreográfica dictatorial. Nadie se quedaba quieto, indiferente ante su música y sus movimientos.

Aquel hombre de guantes blancos se imponía al planeta sobre el escenario, delante de las cámaras, las luces, el humo y el ventilador gigante que siempre estaban presentes en sus conciertos.

Giraba sobre un pie, se deslizaba sobre el suelo como un autómata, doblaba las rodillas, la cintura y los hombros más allá de los ángulos y límites anatómicos y sus pulmones producían una bocanada de aire caliente que se transformaba en un grito agudo que erizaba los pelos del cuerpo de sus espectadores.

Solía empezar suave, This Girl is Mine, The Earth Song, Heal the World. Con su Billie Jean, Moonwalk, I am Bad solía subir la presión. Luego, pasaba al plato fuerte de la noche: el éxtasis colectivo de su implacable Thriller, el disco más vendido y universal de todos los tiempos.

El artista de zapatillas brillantes y calcetines blancos inauguró lo que ahora se conoce como sincronización de campañas de publicidad planetarias en tiempo real.

Michael Jackson parecía un ser invencible, un Rey, nadie sospechó que su corazón acabaría, antes de cumplir los 51 años, dando saltos en busca de supervivencia por una sobredosis de droga: demerol en liquido por vía intravenosa.

Michael Jackcon en realidad fue una especie de extraterrestre delirante que no supo entenderse con los terrícolas del tiempo que le tocó vivir. Se enganchó desesperadamente a una imagen exagerada a medida de sus delirios y a satisfacer a un pequeño colectivo de humanos que igualmente tenían la misma condición y pensamiento de extraterrestres.

Sin embargo, Michael Jackson también fue otra cosa: víctima de una soledad sin adjetivos que nadie, a fecha de hoy, ha podido contar.

Soledad, espantosa soledad.

El día 25 de junio de aquel año nefasto que todos recordaremos, a Michael Jackon se le paró el corazón. Lo observaban tumbado en el suelo, atónitos, Prince Michael, de 12 años, Paris Catherine, de 10, y el pequeño Prince Michael II, de 6.

Me pregunto qué piensan ellos. Quién les explicará la naturaleza, la vida y la muerte de su padre.

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2 comments :

  1. Contar la realidad es diferente que cantar la irrealidad.

    Jackson ha sido muy elocuente al cantarnos tiernamente con la fineza de su voz y con las irrealidades del cambio del color de su piel.

    Un hallazgo de su personalidad es lo que bien apunta Benitez cual es su soledad.

    Talvez de su soledad muchos aprendamos que el solaz es diferente que la soledad; sin embargo hay que saber compartir ese asecho a la intimidad sin salir embestido en su cobro.

    La muerte del cantante de "BEN" y "I´ll be there" ahora cobra mas resonancia su voz y su contenido en el fragil vacio de sus luchas de identidad.

    Duerma en paz Michael Jackson.


    Jose Matatias Delgado Y Del Hambre.

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  2. Hay en el mundo temas muchos mas importantes a los cuales merece dar importancia, pero segun lo que podemos ver, la muerte de un sujeto tan decadente como "Jako" pasa por encima de asuntos que realmente afectan al interes humano a nivel mundial, todo gracias al lavado de cerebro por los medios periodisticos controlados por los mismos que hicieron de "Jako" el "rey del pop." Ya basta de darle importancia a semejante sujeto perverso y violador de menores que solo la misma corrupcion del sistema lo libro de pudrirse en la carcel. El mundo no necesita payasos como "Jako."

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